domingo, 3 de agosto de 2014

Nuestras labores #2: frailecillo

Cada vez que decía que estaba tejiendo un frailecillo, el interlocutor pensaba en algo parecido al joven Christian Slater vestido de novicio franciscano en El nombre de la rosa.


Pero un frailecillo no es un fraile pequeño. Un frailecillo, al que quizá debí haber llamado desde el principio Fratercula arctica, es un ave marina a la que los islandeses veneran con tanta ternura como voracidad: el frailecillo se vende en forma de peluches de todas las formas y tamaños en TODAS las tiendas turísticas de Reikjavik, es el símbolo del festival de cine anual y, en cuanto a la voracidad, sí: también se lo comen.



A pesar lo mucho y bien que los islandeses saben explotar los símbolos de su isla, comprar un lundi de recuerdo no es tan sencillo para el viajero exigente que quiere algo distinto del omnipresente peluche made-in-china. Así surgió la idea de que Otro lundi es posible. Y aquí está: lundi de crochet.

En el lazo que lleva al cuello pone Otro lundi es posible :)

Lundi es frailecillo en islandés, como ya habríais deducido. ¿No es una palabra tan tierna como ellos?

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