martes, 15 de septiembre de 2015

Un gato de punto

Mi primer proyecto terminado de punto a dos agujas no ha sido una bufanda, sino esto: un gato.

Trico-cat para los amigos :)
Una amiga me regaló este libro lleno de proyectos que a primera vista me parecieron inasequibles..., y a segunda vista también, dadas mis habilidades de principiante.
Pero este minino en particular, además de ser el que más me gustaba del libro, es muy fácil de tejer. Se hace con punto bobo y gracias a la hebra tan peludita no se ven los defectos.

La parte más laboriosa, pero también las más divertida, son las almohadillas de las patitas. Tanto ellas como la parte interior de las orejas tenían que haber sido de tricot como todo lo demás, pero no me gustaba el resultado, así que hice trampa y tejí esas piezas a ganchillo.

El trico-cat será para aquella chica que me regaló este libro e inició mi interés por el punto. Recuerdo perfectamente cómo al recibirlo lo hojeé con consternación diciendo: "Pero yo no sé hacer punto...". Ahora que sé un poco, tengo muchos más gatos por delante. Y todo el mundo sabe que a las bibliotecarias nos suelen gustar los gatos.

Tejedora principiante, si las bufandas te aburren, ¡pon un gato en tu vida!




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